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Formación

Seguro que en un alto porcentaje, tus alumnos dedican mucho de su tiempo a jugar, ya sea a través de dispositivos móviles como los Smartphones o las Tablets o a través del ordenador o la consola de vídeo juegos. Para ellos, es una motivación progresar en los diferentes niveles de los vídeo juego, conseguir medallas, puntos, poderes, recompensas… Todo eso, les anima a seguir jugando manteniendo su interés en el juego a niveles muy elevados.

¿Por qué no llevar las sensaciones que transmite el juego a entornos que teóricamente no son lúdicos? ¿Cómo llevar todas esas sensaciones al aula? ¿Por qué no gamificar una unidad didáctica? Con un poco de imaginación, creatividad y algunos recursos y herramientas digitales y analógicas se podría conseguir gamificar el aula. Para ello, es necesario conocer una serie de factores que resultarán claves para que nuestro ambiente de aprendizaje-enseñanza gamificado sea todo un éxito.

Pasos para gamificar una unidad didáctica

Piensa que tu materia o el contenido o actividad que pretendes llevar a cabo en el aula es un reto, un juego en que los alumnos se convertirán en jugadores y dota de magia todo su contenido con unas sencillas pautas:

  • Presentación de la unidad didáctica: Convierte tu plan de estudios en una fantástica historia; utiliza tu creatividad, tu pasión por tu materia y un poco de magia. Inventa un escenario concreto donde se desarrolle esta historia, puede ser virtual o real y da a tu alumnado un papel concreto. Para ello, puedes utilizar avatares de cada uno de tus alumnos. Si disponéis de ordenador o Tablet, los alumnos pueden diseñar sus propios personajes o avatares. Creación de tu Avatar con el uso de una herramienta de TIC como:
  • Jugadores: Los alumnos son jugadores, por lo que debemos conocerlos bien para poder adaptar nuestro juego en base a sus necesidades y que así respondan mejor a nuestros retos. De este modo, el proceso de gamificación se diseñará de acuerdo con las características y necesidades propias que presentan los futuros jugadores.
  • Los objetivos o tareas serán los retos: Un juego está compuesto por la suma de retos a través de los cuales se van adquiriendo habilidades y se va progresando en la curva del aprendizaje desarrollando capacidades inherentes al objetivo final del juego: aprender.
    • Fomentar el uso de programas que permiten la creación de animaciones, historias, juegos y actividades interactivas multimedia de forma intuitiva.
    • Desarrolla aplicaciones interactivas multimedia con el uso de Botones de acción y líneas temporales.
  • Cambia la palabra tema o unidad por nivel: El nivel es un indicador que aporta reconocimiento una vez se ha cumplido unos hitos determinados, los niveles son unas de las motivaciones más fuertes para los jugadores.

Evaluar el aprendizaje es uno de los momentos más importantes en todo proceso de enseñanza. Uno de los elementos que no deben faltar en cualquier estrategia de gamificación son las recompensas, o, como se les suele llamar, badges.

Los badges son insignias, premios o recompensas que el jugador consigue a lo largo del juego [pueden tener asignado algún puntaje no descrito al jugador] como consecuencia de haber superado un determinado reto. Se utilizan principalmente para mantener al jugador motivado, reconociendo así su esfuerzo y dedicación en el juego. Cada badge hace referencia a un reto que el jugador debe alcanzar, ya sea la adquisición de un determinado conocimiento o habilidad o la resolución de un determinado problema.

Además, para que las estrategias de gamificación aplicadas a la unidad didáctica sea un éxito, es necesario que:

  • El juego y las actividades propuestas supongan un desafío al jugador pero sin llegar a exigir niveles muy altos de complejidad. Así, el jugador no se aburrirá porque el juego no le supone ningún reto, ni lo abandonará por sentirse frustrado por no poder avanzar.
  • Diseñar de forma correcta las metas, de modo que el estudiante no tenga dificultad alguna a la hora de ejecutar y comprender las mecánicas de juego.
  • El jugador debe recibir de forma continua un feedback de sus logros y errores que le posibiliten identificar si está progresando de forma correcta en el juego, o debe realizar cualquier modificación.

No te lo pienses, comienza a gamificar tu unidad didáctica y… ¡A jugar!

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